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Biblioteca mínima

[Adelanto]

Cada tarde, terminada su tarea, volvía a su buhardilla

y buscaba en los libros un medio de justificar sus sueños.
GUSTAVE FLAUBERT, La educación sentimental

 

Biblioteca mínima, John Bernard Sick

Biblioteca mínima, John Bernard Sick

 

¿Un libro de libros? ¿Una broma libresca? ¿El último estertor de las vanguardias o su agridulce sepultura? ¿Un libro de relatos sobre novelas —o argumentos de novela— o una novela sin relato? ¿Reivindicación y justicia de la cuarta de forros? ¿Literatura de la publicidad literaria? ¿Simple basura? Todas y ninguna. El autor de este extraño libro de ficción, deudor de las literaturas de Stanisław Lem y Jorge Luis Borges, parece ceñirse a lo consignado por el médico Arthur Conan Doyle: todo escritor que se precie habrá de elaborar para sí mismo una biblioteca imaginaria a la que recurra cuando le plazca, una biblioteca personal de los libros que habría querido escribir pero, sobre todo, de los libros que habría deseado leer y aún no se escriben o quizá no se escribirán nunca. Más allá, todo escritor habrá de construirse un panteón literario a modo, un mausoleo futuro adonde él mismo y su pírrica obra irán a descansar por los siglos de los siglos.

La sombra del tiempo, Rosemary Lloyd

La sombra del tiempo, Rosemary Lloyd

 

La aclamada escritora británica se propuso en esta primera novela reconstruir metódicamente la vida de su madre, Vivian Lloyd, desde su propia voz; setenta años de una vida de obediencia y dedicación, de maternidad y orden doméstico atravesados por el tormentoso pensamiento de una mujer que, sólo en apariencia, guarda sumisión ante los usos y costumbres de su familia pero, por dentro, estiba y orienta una reflexión radical que lo mismo condena su embarazo inconsciente a temprana edad, el esfuerzo por guardar las apariencias, así como los privilegios de los hombres que la rodean y la malsana obediencia de las mujeres que la antecedieron; un discurso colosal donde Rosemary Lloyd despliega un genial teatro de máscaras cuyos rostros verdaderos, convenencieros, deformes, animalescos, violadores y ladrones se mostrarán sin tardanza. La sombra del tiempo es una novela cuya prosa arrebatadora pondrá a más de un lector de pie y a más de una lectora en franco combate.

Un perro llamado Rilke, Carlos María Portugal

Un perro llamado Rilke, Carlos María Portugal

 

Un viejo escritor, destruido por la rutina laboral, toma unas solitarias e indefinidas vacaciones en una ciudad industrial y portuaria, en la decadente casa de playa que heredó de sus padres. Con la consigna vital de concentrarse en la escritura de una novela con la que pretende hacer justicia a la confusa década del setenta y a su generación perdida, pronto reconoce que la cotidianidad lo ha rendido y, acaso, ha minado su vocación.
   Una escena imprevista, sin embargo, da un vuelco a su atosigante realidad: la diaria imagen de una mujer que lee sin descanso acompañada de un sabueso, a la misma hora, en un mismo lugar de la playa. Ese cuadro le obsequiará el motivo para escribir no la pretendida historia sino un relato con ánimo de vaticinio: anticipar la vida auténtica de una mujer de novela. La deliberada confusión entre realidad y fábula no tarda en cobrar su factura: tal desbarajuste conduce al hombre a una obsesión privada y a un desenlace imprevisto.

El misterio de Alphabet City, W. J. Schröder

El misterio de Alphabet City, W. J. Schröder

 

En la quinta parte de la exitosa serie novelesca de W. J. Schröder, la estudiante neoyorkina Roberta Zephyr debe enfrentarse a un asesinato que roza los confines de lo macabro. ¿Quién pudo asesinar y para qué a Mrs. Bessie Parker, presidenta de la Unión de Críticos de Broadway y esposa del reconocido actor Frank O’Hara? ¿Qué mensaje envía el asesino al disponer de esa manera la escena del crimen en un lujoso departamento en Alphabet City? Y sobre todo, ¿qué intereses se juegan en la escena teatral ante la desaparición de una mujer tan poderosa? 

     La joven Zephyr deberá en principio echar mano de sus conocimientos sobre el drama isabelino, más tarde recorrer de manera laberíntica la geografía de Manhattan e inmiscuirse finalmente en un grupo clandestino de venta de restos humanos para desentrañar un misterio demasiado agreste del que, tal vez, no saldrá bien librada.

Hamid Menara en la ciudad subterránea, Rashid Diawara

Hamid Menara en la ciudad subterránea, Rashid Diawara

 

Rashid Diawara, el celebrado autor de Una promesa en Muassine y la demoledora Última noche en Kedima, entrega la primera aventura del valeroso Hamid Menara y su fantástico auto Kawtar en los desiertos de Marrakech. Mediante la voz de una suerte de Sherezade moderna, conoceremos de primera fuente a la poderosa amazona Allawy, al audaz Manahui al Saeot, al risueño Hunea, al feroz Sherpa y al enigmático y encantador Sarahanan, miembros todos de su pandilla de justicieros. 
    Tras el indignante rapto de una niña —hija de un prominente patriarca— en plena ceremonia en el cementerio de Bab Ghmat, la pandilla al mando de Hamid Menara será comisionada por el viejo Gengis Doha para seguir el rastro de los plagiarios hasta las puertas de la enigmática e inmensa ciudad subterránea situada bajo el río Ourika, donde habrá de comenzar una historia de desafíos, riesgos, batallas espeluznantes e improbables encuentros para Hamid y sus amigos.

Una novela sin fin, Fiora Kepler

Una novela sin fin, Fiora Kepler

 

Fina Kaufman batalla desde hace meses con la escritura de un ensayo sobre novelas inacabadas, entre otras: St. Ives, de Robert Louis Stevenson; El misterio de Edwin Drood, de Charles Dickens; La cordillera, de Juan Rulfo; El hombre sin atributos, de Robert Musil; Bouvard y Pécuchet, de Gustave Flaubert; o Suspense, de Joseph Conrad. Ahora se enfrenta con una obra diametralmente distinta. Como si cada noche le nacieran folios, Una novela sin fin —el libro que lee por recomendación de un bibliotecario— se agiganta exponencialmente y sin truco alguno. La contratapa de su ejemplar consigna que se trata de un texto cuya autora dejó inconcluso a su muerte. Por medio de sus páginas, Fina se adentra en los barrios y las calles de Qiannan y Hechi, dos ciudades vecinas de compleja organización política y económica. De su boyante vida social, la novela consigna en amplios capítulos la biografía de todos y cada uno de sus habitantes —los reales y los fantásticos (gigantes, brujas o espectros)—, algunos de sus animales, los objetos y las construcciones más prominentes, sus relaciones, sus anhelos, la fábula que los entrecruza en una madeja de hilos narrativos que durante varios pasajes parece inasible y sin embargo, en última instancia, se sostiene con maestría. Existe un solo inconveniente, la novela pretende contarlo todo y no escatimará páginas en ello. Incrédula, Fina intenta sin éxito aventurar una hipótesis en torno a ese raro espécimen, una novela que no termina de escribirse, un relato que no concluye pues se escribe a sí mismo mientras el lector lo lee.

Ovnis sobre la Habana, Yanisleydi Paz

Ovnis sobre La Habana, Yanisleydi Paz

 

Una madrugada de 1960, mientras vuelven a casa por la orilla del malecón de La Habana, una pareja de pioneros —Yanelis Maceo y Malvito Sánchez— avista un OVNI sobre el fuerte del Morro. Armado de un juego de luces sorprendente, el aparato sobrevuela el muelle y más tarde se pierde en la línea del océano. Según Malvito, se trata de un artefacto espía del Pentágono o, en el mejor de los casos, de una nave aliada del Kremlin. Según Yanelis, no es otra cosa más que la prueba fehaciente de vida más allá de los confines de la galaxia. A partir de entonces una serie de hechos fantásticos acompañarán los fugaces encuentros de los alegres adolescentes, inmiscuidos como nadie en la campaña de alfabetización emprendida a lo largo y ancho de la isla. Años más tarde, el 20 de julio de 1969, mientras la misión del Apolo 11 aluniza, luego del enésimo reencuentro en la plaza de la Revolución con un auténtico aparato venido de las Pléyades, los dos jóvenes universitarios, sobrexcitados, se trabarán en una larga discusión política y fantasiosa en la cual pondrán en tela de juicio sus más arraigados principios, refrendarán los más entre lágrimas revolucionarias y harán suyos —y para lo que venga— unos versos de José Martí: “y te busqué por pueblos / y te busqué en las nubes, / y para hallar tu alma / muchos lirios abrí, lirios azules”.

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